Partiendo de la villa monumental de Atienza,
a medio camino entre la sierra de Pela y la del Alto Rey, se circula
por carreteras secundarias y pistas de concentración para llegar hasta
lo que será nuestro primer reto del viaje: la dura ascensión a la cumbre
del Alto Rey. La cumbre, dominada por la ermita del Santo Alto Rey a la
que algunos atribuyen un origen templario, nos ofrece unas vistas
privilegiadas de la zona. Ya solo queda bajar al valle y entrar en la
sierra de Ayllón, llegando a Cantalojas, la puerta de acceso al hayedo
de la Tejera Negra.
Salimos por la CM-110. Carretera ancha pero con poco tráfico. En largas bajadas y tras un pequeño desvío a Tordelloso por el trazado antíguo, llegamos a la altura de Cañamares. Sin entrar en el pueblo giramos a la izquierda hacia una pista con buen firme. El día es soleado y la pista es tan blanca que hace daño a la vista sin gafas de sol.
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Pista desde Cañamares |
Aquí comienzan las primeras subidas serias. Prácticamente todo el desnivel de la etapa se concentra en los siguientes 30 kms. Bonita bajada al río Bornova y subimos un pequeño puerto. Al final de éste, tras unas naves agrícolas, tomamos una pista a la derecha que nos lleva a Prádena de Atienza, entrando por la parte más alta. Pueblo de pizarra muy bonito y con bar, donde aprovechamos para reponer fuerzas.
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Bajada al río Bornova |
Salimos por una carretera de montaña muy agradable. Tras unos kilómetros superamos un collado y bajamos rápidamente hasta el cruce de Gascueña de Bornova. El pueblo lo dejamos a la izquierda y tomamos pista a la derecha, entre praderas y un pequeño robledal.
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Salida de Prádena
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Alto Rey al fondo |
De nuevo llegamos a otra carretera, muy cerca de Bustares. Notamos como se enrarece el ambiente, se mezcla el olor de las jaras y la humedad y vemos como llegan rápidamente las nubes. Parece que la tormenta aun está lejos, pero decidimos no parar en el pueblo y subir a la cumbre cuanto antes. Cogemos el desvío de la pista asfaltada y vemos bajar a dos ciclistas que nos dicen que la subida es muy dura para ir con alforjas. Y razón no les faltaba. La carreterilla sube con una buena inclinación y sin descanso hasta lo más alto. No pasan ni diez minutos y comienza a llover, cada vez más fuerte hasta convertirse en granizo. Nos resguardamos en los últimos árboles de la subida hasta que se calma un poco. Seguimos subiendo y llegamos a la entrada del cuartel abandonado que está justo en el puerto. Nos dirigimos hacia la cumbre por la pista y nada más llegar a la ermita comienza a granizar de nuevo y con mucha fuerza. Ni siquiera tenemos tiempo de sacar una foto de la cumbre. Nos dirigimos rápidamente de nuevo al cuartel y cogemos el sendero que nos lleva a la vertiente norte.
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Galve de Sorbe después de la tormenta |
Bajamos algún tramo pedregoso a pie y vemos como cae un rayo en las antenas. Poco a poco el sendero mejora hasta convertirse en buena pista, que nos lleva hasta la carretera. Deja de llover y bajamos rápidamente para cruzar el Pelagallinas y llegar a Condemios de Arriba, entrando por pista. Desde ahí ya es casi todo suave, llegando a Galve por una pista que pasa por dos ermitas y donde tenemos la suerte de ver un grupo de buitres comiendo desde muy cerca. Hasta Cantalojas ya solo queda un agrable pedaleo por una carretera de montaña.
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